HEURÍSTICA

Para el investigador dedicado a la crítica textual la disponibilidad de catálogos online implica principalmente la posibilidad de localizar manuscritos y otras fuentes primarias con más rapidez y facilidad de lo que había podido hacer hasta ahora. Este fue el sueño del MASTER Project (1999-2000) y muchos intentos similares orientados a catálogos generales de manuscritos: la posibilidad de buscar en todos los repositorios al mismo tiempo. El portal CERL (Consortium of European Research Libraries), ENRICH (European Networking Resources and Information Concerning Cultural Heritage), la Schoenberg database, Manuscriptorium en Praga, Digital Scriptorium en los Estados Unidos, e-codices en Suiza, TRAME en Italia, por no mencionar los catálogos online de las grandes bibliotecas como la British Library, Bibliothèque Nationale de Francia, Harvard University Library, Biblioteca Nacional de España, etc., han facilitado el acceso a fuentes primarias y secundarias, con gran impacto en el trabajo diario de los investigadores. Muchos de estos esfuerzos han sido posibles gracias al uso de estándares y protocolos establecidos, puesto que es únicamente la calidad e interoperabilidad de los metadatos lo que hace posible buscar en múltiples bases de datos al mismo tiempo.

Cabe también citar aquí, en el ámbito del Latín Humanístico, el sitio web de ITER, que presenta y actualiza la información del indispensable repertorio de manuscritos Iter Italicum de P. O. Kristeller, A Finding List of Uncatalogued or Incompletely Catalogued Humanistic Manuscripts of the Renaissance in Italian and other libraries (London: Warburg Institute, 1963-1997).

Hay que tener en cuenta, no obstante, que la mayoría de los catálogos de bibliotecas, también Kristeller, en muchos casos simplemente reproduce los registros de los inventarios de las bibliotecas más importantes, por lo que sus indicaciones deben ser verificadas a través de la investigación de archivo. Y esta recomendación también se puede aplicar a la mayoría de los catálogos de manuscritos, especialmente los que tienen defectos como referencias muy vagas o índices imprecisos o inexactos (cuando los hay). De hecho, los catálogos de bibliotecas y la investigación de archivo son las dos caras de una misma moneda: en una comparación fácil con la arqueología, se puede decir que los (1) catálogos de manuscritos nos dan una exploración superficial del terreno (2) y la investigación de archivo nos permite excavar verticalmente en la zona que se supone que es de su interés; y esta exploración en profundidad por lo general proporciona muchas más fuentes primarias que los incluidas en los catálogos e inventarios anteriores.

En cuanto a los libros impresos a principios de la Edad Moderna, también son de gran utilidad los catálogos de libros impresos del siglo XVI del tipo VD17, German National Bibliography (1601-1700), ESTC, English Short Title Catalogue (1473-1800) o el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, que es nuestro catálogo nacional integral de más de un millón de libros impresos desde el XV hasta el siglo XX y otros recursos bibliográficos conservados en más de 750 bibliotecas e instituciones españolas públicas y privadas. Este catálogo se ha complementado con su biblioteca digital correspondiente, la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico Español, cuyo objetivo es la difusión mediante facsímiles digitales de colecciones de manuscritos y libros impresos que forman parte del Patrimonio Histórico Español.

Una vez encontradas las fuentes primarias de interés, en muchos casos hoy se puede acceder también a las imágenes digitalizadas de las mismas, algunas veces con tanta resolución que casi se pueden leer mejor que los propios originales. Este avance indudable para el trabajo de quienes se dedican a las ediciones críticas ha llevado a algunos a considerar ya innecesario consultar el documento in situ. Lamentablemente, en este campo aún queda mucho que hacer: solo la presencia física del documento puede proporcionar la información codicológica completa que, en muchos casos, necesitamos; a ello se unen otras carencias como la diversa calidad de las imágenes digitales, la faltas de ayudas e información para navegar sobre ellas y, en muchos casos, la propia falta de un programa de digitalización sistemático, global y continuado en el tiempo, lo que a veces produce en el investigador la sensación de que esta herramienta no resulta de tanta utilidad.

Para alcanzar nuestros fines de exploración, debemos ser conscientes, en todo caso, de que cada vez más bibliotecas están digitalizando actualmente sus catálogos y colecciones: todas las españolas se enumeran en Hispana, agregador nacional de Europeana, con motor de búsqueda, inventario exhaustivo y enlaces a los 617 proyectos de colecciones digitales que están en marcha en nuestro país.

Dentro de este portal, además de las grandes bibliotecas españolas que están digitalizando sus fondos (como la Biblioteca Digital Hispánica y otras bibliotecas universitarias), puede resultar de especial interés la consulta de Pares, un portal que contiene manuscritos digitalizados de los archivos españoles más importantes (como el Archivo de Indias, Archivo General de Simancas, etc.).

A nivel europeo, resulta indispensable el portal del patrimonio cultural europeo, Europeana, biblioteca digital de acceso libre que comenzó a funcionar en 2008 y reúne contribuciones ya digitalizadas de reconocidas instituciones culturales de los 28 estados miembros de la Unión Europea.

También es recomendable la consulta de sitios web como el Universal Short Title Catalogue, una base de datos colectiva, con enlaces a los facsímiles (en el caso de que existan), de todos los libros publicados en Europa desde la invención de la imprenta hasta el final del siglo XVI, y, más restringido en su objeto de catalogación, Kalliope, un catálogo unitario de colecciones de papeles personales, manuscritos y archivos de impresores que fue fundado en la Universidad de Berlín.

Centrándonos aún más en las fuentes primarias y secundarias de principios de la Edad Moderna, desde principios del siglo XX el estudio del Latín Humanístico ha ido ganando terreno en muchas universidades europeas. Los filólogos clásicos comprendieron la importancia de ese período de la lengua latina en la que se impuso como lengua franca, tanto en la vertiente escrita como en la comunicación oral, de la República de las Letras de principios de la Edad Moderna. En España, las obras latinas de los Humanistas han permanecido en el olvido durante cuatro siglos. Esta situación, sin embargo, ha comenzado a cambiar en las últimas tres décadas, gracias al despegue vigoroso de estos estudios en casi todos los departamentos de Filología Clásica. El objetivo final de las nuevas publicaciones de autores españoles que escribieron en latín del siglo XVI hasta el siglo XVIII debe ser la creación de un corpus de la literatura latina del Humanismo español. Hasta ahora no hemos llegado siquiera al diez por ciento de todo el material que aún queda por estudiar. La contribución del grupo de investigación “Elio Antonio de Nebrija” de la Universidad de Cádiz, dirigido por el profesor José María Maestre Maestre, es la Colección Palmyrenus de Textos y Estudios Humanísticos, con veintiuna obras publicadas desde el año 2000. Sin lugar a dudas este futuro corpus será una ayuda esencial para conocer la existencia de manuscritos y colecciones de documentos, dado que tanto las monografías como ediciones críticas requieren un trabajo previo de documentación en archivos, bibliotecas y museos, que probablemente sacará a la luz o enmendarán los errores de catalogación de muchos nuevos documentos tanto en latín y como lenguas vernáculas.

Por el momento podemos mantenernos al día con la creciente bibliografía sobre el humanismo español visitando bases de datos como REBIUN, un catálogo de las bibliotecas universitarias españolas, el catálogo de la Red de Bibliotecas del CSIC  y, especialmente, Dialnet, uno de los portales bibliográficos más grandes del mundo, cuyo objetivo principal es dar mayor visibilidad a la literatura científica hispana: Dialnet es una herramienta esencial para la búsqueda de información de calidad en más de 80 bibliotecas universitarias y públicas, incluyendo entre sus registros artículos, libros, tesis doctorales, actas de congresos, reseñas y obras colectivas.

No debemos concluir este apartado sin citar la utilísima Bibliotheca Hispana Nova (Madrid: Joaquín de Ibarra, 1783-1788) de Nicolás Antonio (1617-1684), quien trató de reunir los datos de primera mano sobre los humanistas españoles más relevantes. Gracias a este trabajo, tenemos noticias acerca de documentos manuscritos, algunos de ellos aún conservados en las bibliotecas españolas, otros aparentemente perdidos. Por ejemplo, Antonio informa que se encontró un manuscrito en la biblioteca privada del Marqués de Mondéjar (en Madrid) con varias cartas de Arias Montano, uno de los más notables miembros españoles de la República de las Letras en el siglo XVI. Hoy hemos localizado todas estas cartas en la Biblioteca Nacional de España. Vale la pena prestar mucha atención a estos movimientos de las colecciones, ya que podría ayudarnos a esbozar lo que puede llamarse la transmisión ideal de la los documentos de principios de la Edad Moderna. (1) Los papeles de los grandes humanistas españoles fueron adquiridos o heredados por miembros de la familia o amigos. Con el fin de obtener más información sobre este primer paso, es necesario consultar testamentos en el Archivo de Protocolos de las ciudades donde los humanistas vivían. Es también esencial investigar quiénes fueron los ejecutores de los testamentos, porque eso nos puede llevar a los movimientos posteriores de las colecciones. (2a) En una segunda etapa ideal, la mayoría de estos documentos pasaron a las manos de los nobles ricos, los únicos que podían permitirse la recopilación de grandes bibliotecas. Para esta etapa tenemos que buscar en los catálogos impresos o manuscritos de las bibliotecas privadas. (2b) En otros casos, los papeles privados del humanista permanecieron en su entorno eclesiástico o intelectual; por ello necesitamos comprobar cuidadosamente los archivos de las catedrales, monasterios, facultades, iglesias, etc. (3) En cuanto a la historia posterior de estos documentos, el paso 3, se debe hacer hincapié en que la mayoría de los documentos privados se han perdido con el tiempo debido a su naturaleza efímera y otras razones externas, como el proceso continuo de selección activa, incendios, robos, etc. Los documentos que se han preservado, los que estamos buscando, han permanecido ocultos de la luz en los archivos privados durante siglos, hasta que algún patrón o institución los ha comprado y puesto a disposición de conocimiento público.